Una historia de amor, sexo, pasión y prohibición
(Por Ana Victoria Vigón Ruffa)
La novela brasilera escrita por Jorge Amado en 1966 y llevada al cine por Bruno Barreto en 1976 es uno de los clásicos imperdibles, atrapantes e inesperados que hubo en la literatura y en la filmografía en los últimos años.
Doña Flor y sus dos maridos es una de las historias de amor, sexo, pasión y prohibición más atrapantes de los últimos años. La vida de una mujer y sus esposos en el marco de la ciudad brasilera de Bahía, descripta por Amado con una delicadeza y perfección que permite verla y sentirla hasta su más mínimo detalle. Barreto utilizó de manera correcta todo tipo de planos, alturas y posiciones de la cámara para situar al espectador en el caluro paisaje.
Las abundantes escenas de sexo de la protagonista con sus dos maridos son muy bien interpretadas por el director de cine: con Vadinho todo es piel, pasión y locura mientras que las relaciones con su segundo esposo Teodoro son frías, aburridas y monótonas. Al igual que en la película, Amado logra que el lector vea en su imaginación todos estos momentos y que los diferencie entre satisfacción y frustración por parte de Doña Flor.
Una novela para leer, imaginar, sufrir, enamorarse y recomendar. Una película para disfrutar, divertirse y pasar un buen momento. En definitiva, una historia de amor con aroma, sabor y encanto.
La novela brasilera escrita por Jorge Amado en 1966 y llevada al cine por Bruno Barreto en 1976 es uno de los clásicos imperdibles, atrapantes e inesperados que hubo en la literatura y en la filmografía en los últimos años.
Doña Flor y sus dos maridos es una de las historias de amor, sexo, pasión y prohibición más atrapantes de los últimos años. La vida de una mujer y sus esposos en el marco de la ciudad brasilera de Bahía, descripta por Amado con una delicadeza y perfección que permite verla y sentirla hasta su más mínimo detalle. Barreto utilizó de manera correcta todo tipo de planos, alturas y posiciones de la cámara para situar al espectador en el caluro paisaje.
Las abundantes escenas de sexo de la protagonista con sus dos maridos son muy bien interpretadas por el director de cine: con Vadinho todo es piel, pasión y locura mientras que las relaciones con su segundo esposo Teodoro son frías, aburridas y monótonas. Al igual que en la película, Amado logra que el lector vea en su imaginación todos estos momentos y que los diferencie entre satisfacción y frustración por parte de Doña Flor.
Una novela para leer, imaginar, sufrir, enamorarse y recomendar. Una película para disfrutar, divertirse y pasar un buen momento. En definitiva, una historia de amor con aroma, sabor y encanto.
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